Tras cinco años de la apertura de Latasia, Sergio y Roberto Hernández inauguran -también en Madrid- Moemia, una taberna viajera con elaboraciones que evocan sabores de la infancia y platos que aprendieron a cocinar durante su formación en Perú, Singapur, Malasia...

En su carta divertida e informal encontramos platos tradicionales madrileños llenos de historia como el pepito de ternera, los callos, la oreja y las alitas de pollo. Otros llenos de historia como el torrezno koreano, el bao de panceta o las costillas de cerdo glaseadas en wok, en los que fusionan recetas españolas e ingredientes y técnicas asiáticas y de algunas zonas de Latinoamérica. También hay propuestas tan internacionales como el tiradito de corvina y vieira con aliño nippon, el ceviche mixto clásico, los bocaditos de pez limón con curry massaman y los tallarines saltados al wok con marisco y verdura, entre otros. En el apartado de postres, además de su famosa tarta de queso, presentan tres recuerdos de infancia como son el Kinder bueno, el Bollycao y la Pantera rosa, versionados de una forma muy personal.

En cuanto a la decoración, están presentes los dorados y cobres que recuerdan a las tabernas ilustradas de los años 70-80. Una gran Menina pintada en la pared con la técnica del grafiti preside el local, un guiño a su Madrid natal. El resto del espacio está lleno de carteles de antiguos anuncios de productos tanto nacionales como de otros países. Y al salir del local, el comensal ve un gran mural de dos niños de espaldas cogidos de la mano mirando al horizonte, que evocan a los hermanos Hernández, reflejando la ilusión que les ha ayudado a crear este proyecto.