Para evitar la carga peyorativa que conlleva la palabra michelín, los responsables de la prestigiosa guía están ya a la caza y captura de un nuevo nombre más saludable y adecuado con los nuevos tiempos. “Es hora de aplicar el bisturí. Las comidas copiosas que generan michelines ya no están bien vistas y era más que necesario empezar a buscar nuevos nombres para evitar ser asociados con modelos de consumo poco saludables”, apuntan desde la firma de neumáticos. De hecho, ya habían notado un descenso de las ventas porque la guía era percibida como generadora de esos molestos kilos de más.

Este 28 de diciembre hemos conocido también que hay otras ideas que ya se están barajando para modernizar la guía, como por ejemplo, la de cambiar las estrellas por un icono más popular que apele a las nuevas generaciones. En este sentido, una opción que va ganando enteros es la de sustituir estrellas por el emoticono con el pulgar en alto. Así, grandes casas como Arzak o El Celler de Can Roca pasarían a contar con tres pulgares en alto. Un cambio corporativo que ya se podía anticipar a través de las muchas imágenes que circulan del muñeco de Michelin con el dedo pulgar en alto.